jueves, septiembre 15, 2005

el valle de luz



Atardece, y el valle se va tornando con un color anaranjado, casi mágico, con las nubes al fondo.

Escucho el canto de los pájaros, el soplo del viento en las hojas.

Era un momento esperado, deseado, después de aquella larga y costosa subida, allí arriba, en donde apenas hay caminos o rastros de cómo llegar.

Es complicado y difícil, pero la tenacidad, la fuerza de voluntad al final ayudaron,

para llegar a ese lugar que algunos hacían llamar,

La puerta de luz.


Solo ese día, solo a esa hora, podía observarse la entrada de miles de luces, de seres llenos de amor y paz, entrando por el cielo entre las nubes, para sobrevolar nuestras casas, nuestras calles, nuestros pueblos.... y de forma sutil, ayudar a encontrar ese equilibrio, o esa armonía que el planeta necesita.


Yo estaba sentado cerca el árbol, maravillado, asombrado.
Las luces no cesaban de pasar, una tras otra, parecían tener vida propia y tenían un fin.

Una de ellas, se acercó a mi.

Todo fue paz, calma, tranquilidad..


Poco después, desperté y todo había terminado.

¿Fue quizás un sueño?


Quizás fue una reflexión interior.

3 comentarios:

almena dijo...

poco importa lo que fuese ¿verdad?. Importa que era una fuerza transmisora de "paz, calma, tranquilidad". Y que sólo llenándonos de esa fuerza transmisora podremos expandirla...
Un abrazo

Anónimo dijo...

Lo que fué es algo bonito, eso es seguro ;;)) . saludoss

Anónimo dijo...

Fue más que un sueño, Oscar. Seguramente un mensaje, una comunicación, quizá un regalo del Universo.

Muchos besos