miércoles, julio 12, 2006

Reflexión - Bambú Japonés



No hay que ser agricultores para saber que una buena cosecha requiere de una buena semilla, buen abono y riego constante.

También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada y grita con todas sus fuerzas: Crece, maldita seas!



Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes.

Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.


Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un periodo de solo seis semanas la planta de bambú crece ¡mas de 30 centimetros!


¿Tardó sólo seis semanas en crecer?

No. La verdad es que tomo siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.




El triunfo no es mas que un proceso que lleva tiempo y dedicación.


Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros.


Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.

- Anónimo-

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Uyyy, me quedan unas cuantas lecciones por aprender en la materia Paciencia...si,unas cuantas! ;)

Anónimo dijo...

Es muy bueno... me dejaste pensando te lo aseguro;;)))
Que tengas un buen finde, besitos

Anónimo dijo...

Lo importante.. es el camino, el trabajo, la constancia.

Unknown dijo...

La lección del bambú es bella. Pasan años sin que, aparentemente, te pase nada en la vida, y luego es posible que todo aparezca, como de la nada, en un momento único y mágico.

Anónimo dijo...

quien pensaria que todo en esta vida tarda tanto para creeser y que a veces pasa desapersibido