evadirse

Ya quedan pocos días para que se llegue a ese momento, que curiosamente tanta gente ansia durante todo el año, en esta sociedad de movimiento frenético, tensiones, y de stress.

La desconexión a veces se paga. Y es que el hecho de desconectar durante un mes, me viene a la mente algo así como ir 140 km/h y de repente, pisar el freno bruscamente y empezar a ir a 10 km/h.

Es en muchas ocasiones, un cambio muy brusco, que no solo afecta al comienzo sino también cuando luego hay que retomar de nuevo el ritmo al volver al trabajo.

Por eso a veces, y sin buscar un motivo, prefiero desconectar un día cualquiera, me evado en las islas imaginarias de la fantasía, y nado por las aguas cristalinas, que solo, solo en mi mente, pueden estar.


Evadirse.


Todo un reto en nuestros días, en el que el tiempo, es más bien un mal compañero, al cual le miramos con recelo cada vez que miramos nuestros relojes, y el cual, parece no darnos tregua, dejándonos unos escasos minutos para descansar, de un total de 24 h de un día.


Evadirse es la mejor solución.



A veces te puedes evadir con la fantasía, cualquier tipo de fantasía, sueño, o visualización.

A veces, te puedes evadir con la lectura, ese mágico instrumento, que también recrea nuestra mente.

A veces incluso la evasión se convierte en nada, “nada”.

Estos días de calma, seguramente no lo serán tanto, por eso, es bueno evadirse en cualquier momento, lugar, etc.

Cerrar los ojos, relajar vuestras mentes, vuestro cuerpo, vuestra respiración, vuestro espíritu y quizás sin querer, salga una sonrisa de vuestro interior.



Siente la energía que hay en ti, la del Cosmos, el todo infinito que te rodea y forma parte de ti.

La conexión es maravillosa.