viernes, noviembre 26, 2004

minutos de meditación

Cada instante en la vida es un momento de especial valor, de nacimiento, de vuelta a empezar, en donde el aprendizaje es constante y diario.

Cada situación es distinta aunque en algunos casos nos parezcan iguales.

Aprender de todos estos, es un gran hecho, que no todo el mundo acepta o comprende como hacerlo.

Los minutos de meditación, de conexión con uno mismo, con el yo, son especiales en si mismos, en la medida que nos permiten ver las cosas de otra manera. Permiten relajar nuestro cuerpo, nuestro estado mental, nuestro estado energético, y evidentemente, eso repercute en muchas cosas como la salud tanto física como mental.

Minutos de meditación, son esos minutos que ha veces, muchos, nos tomamos, para desconectar de este mundanal ruido, lleno de presiones, preocupaciones..... "Desconectar" no tiene porque ser sinónimo de relajación o posiciones especiales, mantras, etc, aunque bien es cierto que en ocasiones puede ayudar o ser interesante.

Se puede desconectar, aunque parezca extraño, en el tren, avión, mirando el mar, observando la naturaleza, la montaña, el cielo.... oyendo los pájaros....etc etc. Todos son minutos de meditación si nos lo proponemos.


La música también ayuda, generalmente la llamada "new age" o variantes, aunque el silencio como tal, es un fantástico amigo de la meditación. Quizás a esta sociedad, que nace ya en el seno del ruido, le extraña y le incomoda el silencio y la soledad, pero en muchos casos, es por falta de desconocimiento y aprendizaje.


El silencio ayuda a encontrarse a uno mismo, en su interior.


Mientras..... los minutos de meditación pasan...


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por tu visita y comentario. Bonito e interesante tu blog. Procuraré escuchar el silencio...
Saludos

Odyseo

Anónimo dijo...

NADA.

Hola. Estoy de acuerdo en que unos minutos de meditación pueden ayudar a afrontar lo cotidiano. Acostumbro a meditar cada mañana y entrar en contacto con esa parte de mí, esencia, que me conecta al Todo. Yo tampoco profeso una religión determinada, me apoyo en el Zen, entre otras disciplinas, porque el Zen invita a disfrutar de la vida, a desconfiar de religiones y maestros, y precisamente a efectuar esa búsqueda interior, particular y única, a dibujar poco a poco nuestro sendero, que a veces coincide con el de otros y en otras ocasiones no.
Hasta pronto :))