De forma general se habla de la importancia de la educación en nuestra sociedad, y es bien cierto ello, pero también es verdad que se olvida que ésta no debe recaer únicamente en los centros de estudios, sino también en la responsabilidad de los padres, tarea por cierto ardua y nada fácil, pero de vital importancia especialmente en lo que respecta a valores y ética.
También es cierto que en esa educación influyen de forma constante muchisimas sensaciones de hechos externos, desde las propias personas de la familia, pasando por los amigos de colegio, el barrio, pasando por la Televisión y otros dispositivos, etc.
Todo son influencias que de una mayor o menor medida nos influyen en nuestra vida, en nuestra forma de ser y carácter desde que nacemos.
Y en esa "educación" olvidamos en ocasiones valores importantes como el respeto, la tolerancia, basta ver cono aún en nuestros días se dan muchos casos incomprensibles de intolerancia, odio y violencia. Más triste aún es ver como éste movimiento negativos vienen de grupos o colectivos que jalean la Democracia o el Amor al prójimo.
Es la dificultad en nuestra actual sociefad de ser coherente, conservar nuestro individualismo y criterio, ante esa constante y sutil "programación" de nuestras mentes como si de ordenadores se tratase, y con ello lógicamente disponer de nuestras vidas, siendo influenciados y controlados, creando Sociedades Dogmáticas por los diferentes poderes del sistema, religiones, politica, deporte, y así sucesivamente, una larga lista de grupos e intereses que se incluyen cono no, los medios de comunicación cada cual buscando su línea editorial basada igualmente en sus propios intereses.
Y ante tal saturación de influencias, cabe preguntarse, ¿ es posible ser ajeno a ello ? ¿ Se puede escapar de esa "programación" y llegar a ser totalmente individual o digamos de alguna manera, Libre ?.
Todo apunta a que es posible, pero nada fácil, ya que en el mayor de los casos requiere "reprogramarse" a uno mismo, y ser consciente de tener que hacer un gran esfuerzo para prescindir de lo que antes nos creaba seguridad y felicidad externa, aprendiendo que todo empieza con nosotros mismos, quererse uno mismo para querer a los demás.
Y con ello, un cambio metal y de conciencia que da más valor e importancia a otra posible forma de vida, otra posible sociefad más humana, cercana y justa.
Todos nuestros actos y acciones son como hilos que influyen de forma positiva o negativa según actuamos, en ocasiones de forma intencionada, en otras sin querer o darnos cuenta.