Era un miércoles, 17 de noviembre del 2004, sobre la 1 de la madrugada, aquella noche por alguna razón, o “causalidad” el Universo y el destino, quisieron que creara este espacio especial, esta otra senda paralela a la que normalmente transito.
Algo en mi interior quiso sacar fuera de mi todos aquellos pensamientos, reflexiones e inquietudes que pasaban por mi mente y mi corazón..... sentí la necesidad de compartirlo, de poder ayudar de alguna manera a otras personas.
Han sido dos años de momentos maravillosos y momentos muy difíciles y duros.
Es la esencia de la vida misma, el transito de nuestra existencia, de nuestra vida por esa senda de luz que nos hace caminar, y en donde de una manera más o menos acertada vamos aprendiendo mientras tropezamos, nos levantamos y continuamos ese camino de esperanza, paz interior y amor.
En ocasiones he sentido serenidad, paz profunda, calma, sosiego, y en otras, dolor, miedo, oscuridad.
Todo tiene su dualidad, bueno y malo, luz y sobra, el ying y el yang.
Cuantos contrastes, cuantos matices, cuantas experiencias vividas y a pesar de todo, agradezco al Universo su generosidad, por haberme dejado aprender en ambas partes, porque ambas son necesarias por alguna razón que ahora desconozco o intuyo.
Agradezco a mi senda de luz, el transito hacia una luz especial, en donde he podido encontrar seres con una luz radiante y seres con una luz oscura.
Agradezco especialmente a aquellos que me han acompañado en todo este tiempo, de una u otra manera, en su amistad generosa, en su amor sincero, en la pasión, en el cariño, en el afecto.
Gracias a todos esos seres que me han acompañado y me acompañan, haciéndome ver y aprender cosas que aún desconozco, en cierto modo, aún queda mucho por aprender.
Espero seguir el sendero de la luz, en esa búsqueda interior personal, llena de mensajes, de secretos desvelados y mensajes ocultos, que nos ofrece el Universo, la energía cósmica Universal.
Gracias por los momentos vividos, gracias a todos, han sido dos años de Senda de Luz muy especiales.
Nada termina, nada se acaba, todo se transforma.
